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Tu coño, mi cartera

30.12.2013 09:03

Hace unos días aparecía pubicado un artículo llamado Mi coño en defensa del aborto libre y gratuíto.

La autora, Diana López, narra desde su punto de vista, que su coño tiene la bestial particularidad de que ella decide lo que entra y lo que sale de él. Hasta aquí, una narración un poco golfa (en el buen sentido) y por supuesto, con mucho gancho, pero que no dice nada respecto a la realidad de lo que ocurre con un embarazo y un aborto.

Si nos atenemos a aquello de lo que tenemos certeza:

  • Cuando un espermatozoide entra en contacto con el óvulo, se produce una recombinación genética que da lugar a un nuevo ser. Eso es cierto, no es discutible. Es un ser con una información genética nueva y diferente a la del padre y la madre.
  • Este nuevo ser en un principio será un grupo de células vivas, que necesitará que la madre las alimente y les brinde la protección necesaria para poder desarrollarse.
  • Una vez que el ser es autosuficiente, saldrá de la madre y ya podrá ser independiente de la madre. Necesitará cuidados porque no se podrá alimentar ni protegerse sólo, pero ya podría ser ayudado por otras personas.
  • Durante los primeros meses de vida, el niño irá adquiriendo experiencias, interactuará con el entorno, pero no recuerdo a nadie que se acuerde cómo fueron esas primeras semanas, meses e incluso años.

No existe forma de saber con certeza cuando esa masa de células deja de ser eso y pasa a ser un ser humano. Particularmente, creo que es un ser humano desde el primer momento, pero comprendo que pueda haber gente que piense que lo es a partir de determinado momento, e incluso, quizás dentro de unos años, haya quién defienda que matar a un niño de 3 meses es elección de la madre; puestos a defender barbaridades.

Mi opinión nada tiene que ver con una convicción religiosa, sino simplemente porque es a la conclusión a la que he llegado por lógica. Una información genética nueva, es un ser diferente.

Un hijo es cosa de dos.

Entiendo que pueden darse infinidad de condiciones diferentes. No es lo mismo un niño fruto de una violación, de una aventura o de una pareja estable. ¿Es igualmente un ser humano? Sí, y de lógica deberíamos de tratar de protegerlo ya que es el ser realmente vulnerable, pero desde luego en el caso que debería de ser más común, una pareja estable, la decisión debería de ser de los dos y no sólo de quién tenga un coño.

Una menor puede tomar sus decisiones.

La Ley actual es a mi juicio, una auténtica aberración desde el momento en que deja que una niña de 16 años pueda abortar sin el conocimiento de sus padres; de la misma forma, el padre debería de poder a los 16 años obligar a sus hijos a emanciparse si ya pueden tomar por sí mismos decisiones así.

  • ¿Qué ocurre si un día llaman a la casa de esos padres desde el hospital informándole de que su hija ha muerto en el quirófano? ¿O si las cosas van mal y se queda con secuelas físicas o psíquicas de por vida? ¿Podrá el padre ordenar la eutanasia de la niña porque no desea esa carga?
  • ¿Que ocurrirá si dentro de unos años, esa niña que ha abortado tiene un hijo y cambia la forma de entender la vida? ¿Cómo llevará la decisión que ha tomado si quienes la conocen y la quieren no han tenido nisiquiera la oportunidad de hablarlo con ella?

Rápidamente se apela a que si la familia está unida, la niña no abortará sin hablar antes con sus padres... Como si no hubiésemos sido jóvenes.
 

¿Por qué tiene que ser gratuíto?
 

Supongamos que al no poder decidir sobre lo que cada uno piensa, se establece que el aborto es libre y ponemos fechas y plazos para que una mujer pueda abortar; queda la segunda parte: ¿Por qué el aborto tiene que ser gratuíto?

No quiero entrar en valoraciones sobre si la sanidad y la educación deban o no de ser gratuítas, me ciño a la situación actual en la que sí que lo son (al menos en cierta medida) y me pregunto, ¿por qué una persona que cree que el aborto es un asesinato tiene que pagarlo?

Nuestra amiga (entiendo que no me considerará enemigo por pensar de forma diferente), dice ser una mujer competente, autónoma y lo suficiéntemente adulta como para saber si quiere procrear o no; de la misma forma, asevera que así ocurre con prácticamente todas las mujeres que conoce.

Dice usar métodos anticonceptivos, y eso está bien, porque así, lo más seguro es que nunca se quede embarazada si no lo desea; pero si se queda, ¿por qué me tienen que meter la mano en la cartera para pagar su aborto? ¿Acaso mi cartera no es tan mía como suyo su coño?

La juventud lucha por servicios gratuítos que en realidad salen de mi cartera. Rápidamente, saltarán mensajes insultándome y llamándome facha por defender a un nonato (indefenso) frente a una mujer (autosuficiente), o derechista por defender mi cartera sobre su derecho a abortar de manera gratuíta; los iphone y los smartphones de última generación echarán humo, porque para lo que les interesa, sí que consiguen el dinero; cuando en realidad me considero más bien de centro-liberal-progresista. Yo defiendo la libertad, pero también la de mi cartera.

Si queremos una sanidad gratuíta, luchemos por incluir la salud bucodental, las lentes, los audífonos, etc. Luchemos por informar sobre los métodos anticonceptivos, evitar la transmisión de enfermedades venéreas. Luchemos por dar una oportunidad a la madre que no quiera abortar, que pueda dar su hijo en adopción sin necesidad de matarlo... Hay muchas cosas que creo que pueden hacerse antes de pagar abortos.

Sobre la libertad o no para abortar, desde luego yo puedo tener mi opinión, pero respetaría la decisión que cada uno tome; pero teniendo en cuenta que no sólo es decisión de la madre, y que mi cartera es mía.

 

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